Si queremos encontrar rutas posibles hacia la equidad
y el desarrollo humano sustentable, es imprescindible asumir que la calidad de
la crianza no es un tema menor ni un problema más que atender, si no el
epicentro de los problemas humanos y sociales. Esto significa que ocuparnos
adecuadamente de nuestros pequeños y adolescentes, debe importar a todos -seamos
o no padres y madres- porque en el logro o fracaso de esta vital tarea, estriba
la construcción de un mundo más humanizado o de un mundo lleno de cárceles y hospitales.
Es por ello que individuos, familias, instituciones, gobiernos, empresas...
somos corresponsables de cerrar filas para proteger la calidad la crianza.
Pero, ¿cómo impartir una crianza humanizada en medio
de un sistema laboral que se traga a padres y madres, alejándolos durante ocho,
diez o más horas al día de sus hijos pequeños o adolescentes?, ¿cómo lograrlo,
atrapados en un sistema que impone a las madres arrancarse a sus bebés del
pecho para depositarlos todo el día en una guardería e irse a trabajar? Una de
las respuestas se encuentra en la Conciliación
Laboral Familiar.
Encuestas en todas partes del mundo arrojan un alto
porcentaje de empleados preocupados y con la inquietud de disponer de mayor
tiempo para vincularse con los hijos, disfrutar de la familia o alcanzar equilibrio
entre sus proyectos personales y de trabajo.
La conciliación es un tema emergente que persigue el
equilibrio entre vida familiar y laboral y está dando mucho de qué hablar. Podemos
encontrar abundantes foros en redes sociales, hashtags twitteros
(#conciliacion), contenidos en la blogosfera… que se abren a la reflexión, informe
de novedades, iniciativas, debates y estudios sobre expectativas y progresos en
las prácticas de conciliación laboral familiar.
En muchos países ya se habla de empresas Familiarmente Responsables. En estas
empresas, entre otros recursos o prácticas para incorporar la conciliación en
su gestión, se manejan opciones de horarios flexibles, de uso
de computadoras y tecnología remota que permiten trabajar desde casa. Tanto en
grandes corporaciones, como en pequeñas y medianas empresas con visión pionera,
la cultura del “presentismo” comienza a cuestionarse. Ya no se mide la gestión
del empleado por la temperatura de su silla en la oficina, sino por logro de
objetivos.
Estas iniciativas facilitan que padres y madres se
acerquen por más tiempo a sus hijos sin abandonar las obligaciones laborales y,
que los empleados en general, logren un mayor equilibrio entre su vida personal
y laboral.
Además, la empresa también gana con la conciliación
laboral familiar. Los empleados desarrollan un mayor nivel de motivación, compromiso e
identificación, responden productivamente y a tiempo con los objetivos
asignados, se reducen los problemas por absentismo y, por si fuera poco, las
organizaciones logran retener y atraer talento, además de conseguir un
significativo ahorro tanto en el consumo de insumos como de energía, lo cual
reditúa importantes beneficios para el medio ambiente.
La conciliación laboral
familiar, es un tema de
Responsabilidad Social Empresarial con potencial de generar alto impacto en la
calidad de vida del empleado, en la productividad de la empresa, la salud
familiar, la crianza de nuestros hijos y por lo tanto en la construcción de un
mundo más sano y feliz.
Y tú ¿ya te montaste en la ola de la
conciliación?
Entérate de más, escuchando aquí nuestro micro sobre Conciliación Laboral Familiar
Excelente intervención. Un saludo de amistad y cariño desde Floridablanca. Colombia.
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