Es paradójico que
la frase con la que se titula este post, evoque básicamente el momento de
dormir a los pequeños. Y digo paradójico, porque la realidad revela
frecuentemente que los métodos recomendados por algunos “especialistas”, basados
en dejar a los bebés llorando solos en la cuna para entrenarlos a que duerman toda
la noche de un tirón, se encuentran bastante extendidos y naturalizados. Yo no sé
que les parecerá a ustedes, amados lectores, pero para mí, la escena de un bebé reventándose en llanto,
solito en su cuna, encerrado en la habitación, sin que nadie acuda a consolarlo,
con el fin de obligarlo a que duerma toda la noche sin “molestar” a sus padres,
nada tiene que ver con sueños dulces. En cambio, sí que se me parece a una escalofriante
pesadilla.
Podríamos
dedicar unas cuantas entradas en este blog, para traerles explicaciones sobre el sueño
infantil y los innumerables perjuicios que, estos métodos conductistas acarrean
a la integridad emocional así como la grave falta que entrañan para la dignidad
del niño. Sin embargo debería bastar con
la convicción de que al margen de las tendencias, modas, enfoques, sea que lo
recomiende la vecina, algún “reputado” pediatra, el post de la animadora más
seguida del país o los programas de súper niñeras en la televisión, existen prácticas
que solamente por principio no deberíamos hacer, aunque consigan o no el resultado
esperado. Dejar que un niño se desgarre de llanto en una cuna para obligarlo a
dormir solo, es una de ellas.
Ahora bien, como
andamos muy cansados, apurados, distraídos como para atender nuestra sabiduría ancestral o el sentido común
que invariablemente nos dicta apresurarnos a coger en brazos y consolar a una
criatura indefensa que llora desesperada, necesitamos echar mano a los argumentos
antropológicos, psicológicos, éticos y científicos que avalan el hecho de que consolar
a nuestros bebés en todo momento, es lo
correcto y lo saludable.
Como lo afirma la psicóloga infantil Rosa Jové en
su libro Dormir sin lágrimas, “dormir es un proceso evolutivo
que se va adaptando a las necesidades del ser humano”. Desde recién
nacidos y hasta alrededor de los cinco años, los despertares nocturnos en la
mayoría de los casos son normales. Los niños pequeños no tienen la madurez
neurológica ni psicológica, ni las mismas fases de sueño que los adultos. Por
lo tanto necesitan despertarse con frecuencia para no morir asfixiados, para
alimentarse y no sufrir una hipoglucemia o porque sienten miedo y necesitan el
consuelo, el calor, la protección y la
seguridad de sus padres. Es decir, los despertares nocturnos constituyen una
estrategia de la naturaleza para garantizar la sobrevivencia.
Un bebé llega a este mundo después de estar nueve
meses en el hábitat perfecto dentro del útero de la madre, acostumbrado al
movimiento constante, al alimento permanente, a la continua tibieza del cuerpo materno.
Es lógico que rechace o tolere poco, la cuna fría y sin movimiento. Algunos
científicos han comparado el shock emocional que siente un niño solo llorando
en su cuna, con la intensidad del desgarro que provoca en el adulto una ruptura
de pareja.
Los seres humanos somos mamíferos, por tanto sentimos
la necesidad de dormir acompañados dándonos calor y seguridad. Más aún cuando estamos
pequeños. ¿O es que acaso a los adultos no nos encanta dormir acurrucados con
nuestra pareja? ¿Por qué privar entonces a los más pequeños e indefensos del
consuelo y del placer que supone el contacto humano, toda vez que lo piden?
Por último, si como padres decidimos no practicar
colecho (dormir en cama conjunta con los niños pequeños) que es el modo en que
muchas familias descubren que descansan mejor cuando hay chiquitines en casa, muy
bien. Cada familia elige cómo se organiza para dormir. Sin embrago, siempre
habrá alternativas más respetuosas para conseguir que el sueño de los niños y
el de sus padres, logren acompasarse. Para ello no existen recetas, ni fórmulas,
ni tablas estandarizadas, sino que se requiere paciencia, tiempo y soluciones
adaptadas a la realidad y necesidades únicas de cada familia. Lo que debe
quedarnos muy claro es que, dejarlos llorar para que “aprendan” a dormir solos,
no es una solución ética, ni tampoco
saludable para los pequeños.
Aprovecho para invitarles a participar en el Día Mundial del Sueño Feliz a celebrarse el 29 de junio. No se trata de un emprendimiento de ningún organismo oficial, si no que surge de una extensa comunidad de madres, padres y expertos en la Web, sensibilizados frente al irrespeto que entrañan para la integridad y la dignidad de nuestros pequeños y pequeñas, estos métodos conductistas de adiestramiento para dormir. Por lo cual hemos decidido unirnos a través de las redes sociales y desmontarlos, a través de información oportuna y veraz, basada en argumentos científicos, así como en las propias experiencias personales durante el cuidado de los hijos.
Aquellos que quieran sumarse a la iniciativa de promover un trato digno y respetuoso hacia los pequeños, están invitados a participar en este evento internacional de las redes sociales. Para quienes quieran saber más, les copio el resumen publicado en la Revista Mentelibre dirigida por nuestros amigos, el psicólogo español Ramón Soler y su esposa Elena Mayorga:
"Se trata de realizar una acción de choque el próximo 29 de junio en las redes sociales.
Queremos que el hashtag #desmontandoaEstivill se convierta en trend topic en Twitter y que blogs, páginas y perfiles de Facebook se llenen de mensajes a favor del Sueño Feliz.
Para ello, las acciones son las siguientes:
-Súmate al grupo de Facebook o al evento.
-Si eres bloguera o bloguero, anuncia ya este evento en tu blog. Especifica que el hashtag #desmontandoaEstivill solo hay que usarlo el día 29 en Twitter. Haz un post ahora anunciándolo y publica otro post el 29 contando tu experiencia de sueño feliz.
-El día 29 (y nunca antes) comparte todos los artículos, citas, testimonios que quieras sobre sueño feliz acompañando a tu hijo, a través de tu perfil o tu página de Facebook, y a través de Twitter.
-El día 29 (y nunca antes) tuitea y retuitea todas las razones que tienes para acompañar a tu hijo a dormir, todos los argumentos científicos que encuentres, todas las ideas que quieras, bajo el hashtag #desmontandoaEstivill."
Para finalizar les dejo el podcast con la emisión ampliada de Conoce Mi Mundo del sábado 23 de junio, donde hablo sobre el el sueño infantil y los perjuicios de los métodos conductistas de entrenamiento para conseguir que los niños duerman toda la noche de un tirón.
Para escuchar el podcast, pulsa el player
Enlaces relacionados:
Recopilación y revisión de bibliografía científica sobre el sueño infantil realizado por Maria Berrozpe Martínez y Gemma Herranz Sánchez-Cosgalla.
¿Autorregulación o entrenamiento?
La retirada del pañal ¿se enseña o sucede por si sola?
El mito de los niños independientes
Email: conocemimundo@gmail.com
Twitter. @conocemimundo
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