"...hay que soñar en voz alta, hay que cantar hasta que el canto eche raíces, tronco, ramas, pájaros, astros..." Octavio Paz. El Cántaro Roto.

CRIANZA EN CULTURA DE PAZ

Conocer , comprender y respetar cada etapa evolutiva y necesidades legítimas de los niños y adolescentes. Reconectar con lo mejor de nosotros mismos. Transitar hacia el lindo horizonte de un mundo más humanizado.

lunes, 27 de julio de 2009

Rumbas adolescentes: Cómo hacer con los permisos


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ADOLESCENCIA, LA EDAD DE LA RUMBA
¿QUÉ HACER CON LOS PERMISOS?
Por: Berna Iskandar
Comenzamos por llevarlos al cine, los dejamos sentados en la sala con sus amiguitos y al terminar la función pasamos a buscarlos. Luego nos piden quedarse en el centro comercial, hasta que un día llega el primer permiso para salir solos de noche a una fiesta
A todos mis amigos los dejan, yo soy la única sometida del grupo, nunca me dejas salir, sólo te importa amargarme la vida ¡te odio!, estas frases dichas a su madre y seguidas de un portazo y encierro en su cuarto, pertenecen a una escena que se repite desde que Gabriela cumplió 14 años, especialmente al acercarse el fin de semana. Situaciones así, van convirtiéndose en el pan nuestro de cada día dentro de los hogares donde los instintos e impulsos exacerbados propios de la adolescencia, buscan satisfacer una necesidad natural de su proceso evolutivo como lo es socializar, ser aceptados por su grupo de pares y, sobre todo, divertirse.

Oscar Misle, Fundador y Director de Cecodap (asociación civil, con veintiún años promoviendo y defendiendo los derechos de la niñez y adolescencia venezolana) y Coordinador del programa “Creciendo Juntos” comienza por explicar que el meollo del asunto se origina con el pensamiento o la creencia de que la adolescencia es un problema, en lugar de apreciarla y valorarla como un período más - aunque no necesariamente fácil- dentro del proceso evolutivo de nuestros hijos que, sea dicho de paso, todos los adultos hemos experimentado y atravesado.

Este momento de cambios muchas veces confunde al mismo adolescente que no sabe cómo expresar lo que le pasa y que a veces es la razón que explica el que los púberes opten por el silencio, el aislamiento o las manifestaciones violentas como gritos y peleas, motivo principal de queja por parte de los padres. Por si fuera poco, la adolescencia es una edad donde las hormonas brotan como flores en mayo y con ello los muchachos y muchachas se abren a las primeras experiencias sexuales muchas veces sin tomar las previsiones necesarias para evitar las consecuencias no deseadas. El adolescente, por naturaleza temerario y sin la madurez suficiente para calcular riesgos, llegado el tiempo de dejar atrás la niñez y comenzar a transitar hacia la adultez, se lanza a medir el río por sus propios pies lo que puede traducirse en la iniciación del contacto con el tabaco y otras drogas ampliamente distribuidas en nuestro medio social, con frecuencia hasta bien vistas y aceptadas, como es el caso del alcohol. A todo este escenario se suma la llegada de las fiestas en una ciudad insegura, donde los índices de criminalidad encabezan las cifras del ranking internacional. Entonces ¿qué hacer con el tema de los permisos para salidas nocturnas, reuniones y rumbas de los adolescentes sin que la situación se nos escape de las manos?

Negociación: la mejor vacuna contra triquiñuelas

Las reglas y los límites son necesarios para la convivencia. Así como existen señales y normas de tránsito para que los carros puedan circular fluidamente y sin chocar, un hogar y una sociedad necesitan establecer normas y límites para una convivencia sana. En este sentido, Oscar Misle habla de la negociación, con mucha comunicación, como única vía para validar acuerdos, fijar normas y límites con los hijos especialmente adolescentes y sobre todo en el tema de los permisos para salidas nocturnas. ¿Por qué? porque la falta de negociación equivale a imponer una medida. Esto, en apariencia, puede resultar muy efectivo, pero termina por pasar factura: o bien el adolescente puede recurrir a triquiñuelas para salir a escondidas o el hogar terminará convertido en un campo de batalla producto de la reacción de rebeldía y resentimiento de los jóvenes frente a la actitud autoritaria de los padres. El propósito de la negociación es alcanzar el consenso lo cual a veces puede ser una tarea ardua, pero aunque tome más tiempo y esfuerzo,  el resultado será  sostenible.

Alcanzar el consenso es un buen ejercicio para comenzar a inculcar valores democráticos desde casa. Los métodos autoritarios quizás funcionaban en otra época donde la realidad sociocultural era diferente, pero para estos tiempos es oportuno y apropiado lograr soluciones acordadas, porque de esta manera los adolescentes estarán en mejor disposición de seguir las reglas así como de aceptar las consecuencias por incumplimiento que ellos mismos han ayudado a formular.

Elementos a considerar a la hora de negociar

· Se deben establecer días y horarios de salida.
· Las pautas acordadas así como las consecuencias por incumplimiento deben responder a la edad (en la medida en que son mayores exigen más libertad), al temperamento individual de cada adolescente y a la realidad sociocultural y particularidad de cada familia.
· Se puede permitir un margen, de hasta una hora más de la convenida, para la hora de regreso. De incumplirse los límites fijados, los padres deben ser consistentes con las consecuencias acordadas.
· Ambos padres deben demostrar consistencia coincidiendo con un mismo mensaje o posición.
· Es importante estimar el tiempo de descanso necesario que permita funcionar bien al adolescente al día siguiente y donde se establezca un equilibrio con respecto al resto de sus tareas, actividades y obligaciones.
· Es necesario hacer conocer la importancia de reconocer las necesidades del resto de los miembros de la familia, quienes se preocupan por la seguridad del adolescente y cuyo descanso eventualmente se puede ver afectado toda vez que se espera el regreso de los jóvenes a casa.


Aceptar el conflicto como una oportunidad

Al igual que nos da fiebre cuando hay una infección en el cuerpo como síntoma para hacernos conscientes de la enfermedad y buscar sanación, el conflicto interviene como un elemento indicador de que existen diferencias y problemas que encarar y resolver. Por lo tanto no hay que huir de él, sino permitirse y permitir expresar las emociones y criterios tanto de los adolescentes, los padres, como de todos los miembros de la familia para poder así, allanar el camino hacia la solución de las diferencias.

Padres vigilantes

Algunas formas de establecer redes de seguimiento y supervisión a los adolescentes durante sus salidas a fiestas y reuniones son:
· Acordar con los hijos que éstos les provean al menos dos o tres números de celulares de sus compañeros de parranda con el fin de localizarlo en caso de que el ruido de la fiesta, los problemas de señal o una posible descarga de batería en su celular imposibiliten la comunicación.
· Establecer contacto con los padres del grupo de amigos para intercambiar y validar información acerca de los planes, lugares y personas encargadas de llevar o traer a los jóvenes.
· Buscar modalidades de transporte seguro como la figura de un taxista de confianza, advertir a los hijos que bajo ninguna razón ni circunstancia suban a un vehículo si el chofer se encuentra bajo los efectos del alcohol (aunque sea un sólo trago) y que en ese caso es preferible que llamen a los padres, no importa la hora que sea, para que los recojan en el lugar de la fiesta.
· Es fundamental que los padres, adultos y responsables de los adolescentes cuiden de que bajo ningún pretexto se sirvan bebidas alcohólicas a los menores de 18 años. Así mismo conviene prevenir a todos los jóvenes sobre los riesgos a la salud e integridad física provocados por el consumo de esta droga legal cuyo uso por parte del segmento joven de la población arroja devastadoras estádisticas de accidentes de tránsito y hechos violentos en todas partes del mundo.
· Los padres deben estar informados en todo momento a dónde, cómo y con quién salen sus hijos adolescentes.

Importancia de la conexión entre padres e hijos adolescentes 
Misle aclara que -antes que otras actividades como ir al teatro o quedarse en casa leyendo- es perfectamente normal que los adolescentes prefieran reunirse con sus pares e ir a fiestas para divertirse porque necesitan intimidad y sentirse cómodos en un ambiente donde no estén sobre exigidos. Es importante entonces, abrir espacios donde la familia también comparta con los adolescentes la experiencia de fortalecer la intimidad y la conexión afectiva en un ambiente relajado: salir de paseo o de compras juntos, compartir actividades solos padre/hijo o hija  madre/hijo o hija puede llenar la necesidad de intimidad y conexión que el joven muchas veces trata de suplir a través de la búsqueda compulsiva de diversión con los amigos.

El Director de Cecodap explica que la adolescencia comienza a los 11 ó 12 años, pero que nunca se sabe cuando termina. El modelaje de los padres hace que los adolescentes interpreten la adultez  o bien como una desgracia a la que no quisieran llegar o como una etapa deseable de la vida, lo cual puede incidir de manera importante en la dificultad o la fluidez con la que se transite desde la adolescencia hacia una adultez madura y responsable.


Berna Iskandar
Fuente: Entrevista a Oscar Misle
Fundador y director de Cecodap y
Coordinador del programa “Creciendo Juntos”
www.cecodap.org.ve




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jueves, 16 de julio de 2009

Disciplina y derechos de niños: ¿Agua y aceite?

¿Por qué en los padres se considera virtud lo que en cualquier otra figura con autoridad se consideraría tiranía y prepotencia?
Dr. Carlos González, "Bésame mucho, cómo criar a tus hijos con amor".

Llegó a mis oídos una vez, el cuento de un padre que  calificaba a su hijo de 15 años como malcriado, rebelde , insensible e irresponsable, y que después de haber agotado por años todas las vías del buen trato y despachurrado el presupuesto en consulta con psicólogos para corregir la situación, una tarde cualquiera con la paciencia colmada le zampó un buen bofetón a su hijo. Desde entonces, según explica el progenitor del adolescente en cuestión,  el "indómito y problemático" joven, mágicamente se convirtió en una persona educada y considerada.   Al escuchar este cuento dije con ironía que el señor debería patentar la cachetada,  porque miren que se han dado tantas y sostenidamente a lo largo de los años, pero ninguna que yo conozca con tales efectos “milagrosos”.  Muy orgulloso este señor terminó por celebrar lo que sus padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos han defendido a lo largo del tiempo y que se resume en la convicción actual -sostenida por muchos adultos- de que lo único que se logra con tantos derechos y tanta psicología es criar a delincuentes.

Otro día mientras esperaba mi turno en una peluquería me puse a hablar con una niña de 8 años, muy despierta y conversadora. Ella me preguntó cuál era mi trabajo y cuando le expliqué que tenía un programa de radio donde promovía los derechos de niños y adolescentes, entre una cosa y la otra llegamos al tema de la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, la famosa LOPNA. Entonces la niña se animó a contarme que cuando la mamá quiere pegarle y ella para evitarlo le explica que eso está prohibido en la LOPNA,  la señora -quien dicho sea de paso es abogada-  en tono de amenaza le muestra la correa y le dice, “mira carajita, aquí tienes la LOPNA"... 

Casos como este son bastante comunes en mi país y en muchas partes del mundo adultocéntrico.
He tenido que quedar desmandibulada de estupefacción y contando hasta diez para  no explotar durante cátedras universitarias donde juezas venezolanas del sistema de protección de niños y adolescentes  declaran abiertamente estar de  acuerdo con el castigo físico infantil y  como si faltaran defensores de esta catástrofe, también  profesores de ética que sostienen  que los niños son como animalitos imposibilitados de entender explicaciones y por lo tanto sólo capaces de responder frente a métodos de disciplina punitiva como el castigo físico.. Y qué decir de tantos  maestros y personal administrativo de los colegios que acusan a la LOPNA de imposibilitarles la tarea de impartir disciplina y por lo tanto contribuir al caos. La  LOPNA endemoniada, la LOPNA propiciadora de enanos monstruosos, pequeños dictadores indomables, sin estructura, ni reglas, ni límites, futuros delincuentes de la república... Si prohibes a los adultos  gritar, pegar, expulsar, castigar a los niños, niñas ya dolescentes ¿cómo van a controlar  la "naturaleza salvaje" de criaturas básicamente malas que nacen signadas con el pecado original?.  Este es el nefasto principio tras el cual  se ha sostenido y alimentado a lo largo de siglos, la orientación prepotente del adulto sobre la infancia.

Observo cómo entre los padres, maestros, profesores, jueces, abogados y adultos en general se dividen las vertientes en lo que podría denominarse una postura CONTRALOPNA  (sostenida por la mayoría) y otra PROLOPNA. Los cuentos que acabo de referir son, como es obvio inferir, una pequeña biopsia del gran universo de voces CONTRALOPNA, una breve muestra de los partidarios de fórmulas impositivas o autoritarias de "educar", de los que justifican el castigo físico y los métodos violentos de impartir disciplina con la abrumadora coartada de que así se ha hecho toda la vida y no nos ha pasado nada, sin detenerse a reflexionar  y vincular este modo de "educar" con la grave descomposición que experimentamos en el mundo, y siguen defendiendo ciegamente estos métodos como la única vía posible para "corregir" a los pequeños y jóvenes.

Los CONTRALOPNA execran abierta o veladamente a los defensores de las corrientes democráticas de educación y de la disciplina no punitiva. Censuran a los que apuestan por la satisfacción inmediata de las necesidades legítimas a partir del reconocimiento de la naturaleza de cada etapa evolutiva de niños, niñas y adolescentes. Señalan a estas corrientes y a sus defensores como los grandes responsables del mal comportamiento y descarrilamiento de jóvenes y pequeños. Acusan a los PROLOPNA de promover una educación laxa, permisiva y sin estructuras. Atribuyen una incompatibilidad lapidaria entre derechos de infancia y adolescencia y la disciplina, como si ambas cosas fueran agua y aceite, como si no se pudieran mezclar. No se detienen a pensar ni están interesados en encontrar las vías de construcción de disciplina y  límites razonables a través del trato  respetuoso, con más comunicación, tolerancia, lo cual  exige mayor disposición de tiempo y compromiso emocional hacia nuestros pequeños y jóvenes. Y es así  como cierran puertas hacia la humanización de la crianza, son estas las dificultades que empiedran el camino hacia una educación más consciente, amorosa y respetuosa, hacia un mundo más justo con seres humanos desarrollados en su máxima potencialidad constructiva y formados en el respeto, la dignidad, la compasión, el altruismo, en la no violencia a través del equilibrio justo entre amor, sensibilidad y límites respetuosos. “Es que niño no es gente”, dicen…


Escucha aquí la entrevista sobre este tema hecha a Carlos Trapani, diplomado en estudios avanzados de derechos humanos, investigador de derechos de niños en la UCAB




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domingo, 5 de julio de 2009

¿Pueden los jóvenes consumir alcohol moderadamente?

Recientemente recibí una invitación vía correo electrónico de una conocida empresa venezolana productora de bebidas alcohólicas, para inscribirme en un taller dirigido a padres titulado “cómo hablarle a los jóvenes sobre el alcohol” en lo que luce como un rebuscado intento por compensar el enorme perjuicio engendrado por la producción de un rubro que les supone fabulosas ganancias.

Si partimos del principio que de cada 10 jóvenes que inician el consumo de alcohol, 2 llegan a desarrollar la adicción, sin contar con la cantidad de riesgos a la salud, seguridad, etc., que conlleva sólo el consumo ocasional de esta droga legal, sería un contrasentido pretender enseñar a los padres recetas para que los jóvenes aprendan a consumir moderadamente o “educarlos para beber moderadamente”. Mostrar a los jóvenes la verdad de los riesgos de consumir alcohol enfocándonos en procurar en lo posible que se mantengan alejados del consumo, es lo inteligente. Lo acepten o no, se inventen fórmulas rebuscadas para librarse de la responsabilidad o no, organizaciones, empresas, especialistas y personas en general que no sean capaces de entender esta realidad y actuar en consecuencia, son moralmente corresponsables del riesgo y daño al que se someten los jóvenes por el consumo de esta socialmente aceptada droga psicoactiva, aunque se haga de modo ocasional y "moderado".

Basta con leer los informes de la OMS sobre la materia para entender que no caben medias tintas, que este asunto es como estar embarazada: o estás o no estás, pero nunca estás medio embarazada. No existe consumo moderado o responsable de bebidas alcohólicas cuando se trata de jóvenes.

En lugar de organizar talleres o poner una ilegible leyenda de advertencia en las vallas,  un modo efectivo en que las empresas que producen bebidas alcohólicas pueden compensar el perjuicio causado y contribuir a reducir las devastadoras estadísticas de daños a jóvenes, es eliminar a este grupo etario del target de sus campañas publicitarias y estudios de mercadeo. Resulta inmoral observar cómo desde unos años para acá casi toda la publicidad de bebidas alcohólicas involucra a gente muy joven e incluso con nuevos productos especialmente diseñados para incitarlos al consumo. Sincerémonos, por favor.

Berna Iskandar


Escucha aquí el micro
sobre efectos
del consumo de alcohol en los jóvenes



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jueves, 2 de julio de 2009

Mitos y verdades sobre homosexualidad

• ¿Es la homosexualidad una enfermedad?
• ¿Cuáles son las diferentes orientaciones sexuales clasificadas hasta ahora?
•¿Se nace gay, lesbiana, bisexual, transexual o las orientaciones distintas a la heterosexual se desarrollan de acuerdo al ambiente social, familiar, cultural...? ¿Depende como algunos creen de la tendencia de la época o de un comportamiento de moda?
• ¿Por qué el prejuicio, el estigma, el rechazo social hacia los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales (GLBT)?
• ¿Cúal es el impacto o el costo social, psicológico y humano, legal y educativo del prejuicio y la exclusión hacia las personas y los niños, niñas y adolescentes GLBT?
•¿A partir de qué edad una persona muestra indicios de su verdadera orientación sexual?
•¿El comportamiento “masculino” en la mujer o “afeminado” en el hombre están vinculados necesariamente a la orientación sexual homosexual?

Escucha aquí las respuestas a estas y otras preguntas en la entrevista con la Dra Tamara Adrián , profesora universitaria en las escuelas de derecho de la UCAB, la UCV y reconocida activista venezolana e internacional por los derechos humanos de la mujer y la diversidad sexual.
Pulsa en el player para escuchar el programa

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