
Si partimos del principio que de cada 10 jóvenes que inician el consumo de alcohol, 2 llegan a desarrollar la adicción, sin contar con la cantidad de riesgos a la salud, seguridad, etc., que conlleva sólo el consumo ocasional de esta droga legal, sería un contrasentido pretender enseñar a los padres recetas para que los jóvenes aprendan a consumir moderadamente o “educarlos para beber moderadamente”. Mostrar a los jóvenes la verdad de los riesgos de consumir alcohol enfocándonos en procurar en lo posible que se mantengan alejados del consumo, es lo inteligente. Lo acepten o no, se inventen fórmulas rebuscadas para librarse de la responsabilidad o no, organizaciones, empresas, especialistas y personas en general que no sean capaces de entender esta realidad y actuar en consecuencia, son moralmente corresponsables del riesgo y daño al que se someten los jóvenes por el consumo de esta socialmente aceptada droga psicoactiva, aunque se haga de modo ocasional y "moderado".
Basta con leer los informes de la OMS sobre la materia para entender que no caben medias tintas, que este asunto es como estar embarazada: o estás o no estás, pero nunca estás medio embarazada. No existe consumo moderado o responsable de bebidas alcohólicas cuando se trata de jóvenes.
En lugar de organizar talleres o poner una ilegible leyenda de advertencia en las vallas, un modo efectivo en que las empresas que producen bebidas alcohólicas pueden compensar el perjuicio causado y contribuir a reducir las devastadoras estadísticas de daños a jóvenes, es eliminar a este grupo etario del target de sus campañas publicitarias y estudios de mercadeo. Resulta inmoral observar cómo desde unos años para acá casi toda la publicidad de bebidas alcohólicas involucra a gente muy joven e incluso con nuevos productos especialmente diseñados para incitarlos al consumo. Sincerémonos, por favor.
Berna Iskandar
En lugar de organizar talleres o poner una ilegible leyenda de advertencia en las vallas, un modo efectivo en que las empresas que producen bebidas alcohólicas pueden compensar el perjuicio causado y contribuir a reducir las devastadoras estadísticas de daños a jóvenes, es eliminar a este grupo etario del target de sus campañas publicitarias y estudios de mercadeo. Resulta inmoral observar cómo desde unos años para acá casi toda la publicidad de bebidas alcohólicas involucra a gente muy joven e incluso con nuevos productos especialmente diseñados para incitarlos al consumo. Sincerémonos, por favor.
Berna Iskandar
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HOLA BERNA. MUY ENRIQUECEDORA TU PÁGINA. EXCELENTE TU TRABAJO, TUS INVITADOS, LOS TEMAS TRATADOS Y TU GRAN APORTE A LA SOCIEDAD. MUCHAS FELICITACIONES. FERNANDO.
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