¿Y es que acaso nosotros lo hacemos? ¿Compartimos todo con nuestros
hermanos, pareja, amigos, incluso con nuestros hijos? A menudo pretendemos que
los niños asuman valores que los adultos no asumimos.
Imaginemos que nuestra madre nos obligara a compartir el celular y el
carro con el hijo de su vecina porque ella quiere que los demás noten cómo nos
ha inculcado la importancia de ser generosos… Evidentemente algo así nos luciría
tan absurdo que hasta parecería un chiste.
No se nos ocurriría obligar a un adulto a compartir o ceder las
pertenencias. Nos queda claro que hacerlo constituye una agresión a nuestra integridad
como persona, al derecho de decidir voluntariamente sobre nuestras cosas. Cuando
de adultos se trata entenderíamos una imposición semejante como una agresión
hacia nuestros más elementales derechos. ¿Por qué con los niños no?
Para un niño o una niña, su muñeca o su pelota son objetos con el valor equivalente que
otorgamos los adultos a nuestro carro, celular, casa… Sin embargo pretendemos que los niños los compartan
con los hermanos, amiguitos, etc., aún cuando estén o no dispuestos a hacerlo.
Esto no quiere decir que desistiremos en el objetivo de que nuestros
hijos desarrollen el valor de la generosidad. Se trata de lograrlo de forma empática, consciente de
las necesidades particulares del niño y a través de aproximaciones respetuosas con
su integridad cómo persona.
El comportamiento modélico de los padres es determinante sobre todos
los aspectos de la crianza y de la construcción de los valores de los hijos. La
generosidad y solidaridad no son la excepción. En la medida en que los
progenitores seamos capaces de ofrecer abundante amor, contención afectiva,
mirada, compromiso emocional, nuestros hijos crecerán en condiciones de
desplegar su capacidad de generosidad, por tanto el deseo espontáneo de
compartir.
El momento evolutivo del niño también tiene mucho que ver con el
desarrollo de su capacidad de compartir. Un niño menor de tres años, aún se
encuentra en un período madurativo donde socializar o compartir no son conceptos que sea
capaz de digerir muy bien. Aún no asimila del todo la noción de propiedad privada ni entiende que las cosas pueden pasar de sus manos a otras manos
sin que ello suponga perderlas para siempre. De manera que pretender que niños menores de tres años jueguen solos entre sí sin empujarse, moderse, es irreal. Siempre necesitarán la regulación o intermediación de un adulto presente. Si ya es mayor y se niega sistemáticamente
a compartir, la psicóloga Yolanda González, autora del libro “Amar sin miedo a
malcriar”, recomienda indagar entre las causas que subyacen tras dicho
comportamiento, interferencias provocadas por haber forzado al niño a cmpartir a compartir prematuramente y de
forma inadecuada, quizás ha tenido experiencias dolorosas con amigos o hermanos
durante el juego, quizás esté manifestando alguna protesta contra los hermanos
o padres por alguna carencia. Cada caso es único, y requiere una evaluación y una respuesta hecha a la medida.
Cuando nuestro hijo no quiera compartir con otro niño, los padres
podemos intervenir explicando a las partes que dicha decisión se respeta. Ese
mismo peque que no quiere compartir, en un momento dado seguramente
querrá que otro niño comparta algo con él. Si también le explicamos que el
objeto no es suyo, que posiblemente el otro niño no lo quiera compartir, que
hay que preguntar antes, irá graduando su
propio aprendizaje sobre la necesidad de respetar y negociar para prestar las pertenencias bajo reglas
claras, al tiempo que comprenderá que a veces compartir las cosas supone
ventajas tales como poder jugar con otros niños, etc. Esto funciona mejor a partir de los tres años. Antes, por razones madurativas para evitar conflictos podemos distraer o anticiparnos. Recordemos la importancia de reconocer lo que podemos esperar o no en cada etapa del desarrollo para prevenir interferencias.
En ningún caso es recomendable reñir u obligar a compartir porque
entonces lo harán de manera mecánica y
albergarán resentimientos.
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Excelente programa!!!!!felicitaciones
ResponderEliminarGracias, espero le haya sido de provecho!
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