El mejor regalo que podemos dar a nuestros niños y niñas es abandonar la visión adultocéntrica responsable de tantos malos tratos hacia la infancia. Por un mundo libre de las infinitas dosis y formas visibles e invisibles de violencia. Por un mundo lleno de adultos conscientes, amorosos, respetuosos, volcados a sostener, contener, acompañar, criar y educar en cultura de paz... ¡Feliz día mis niñas y niños amados!
Hago honor y reconocimiento a quienes incansablemente se dedican a construir un mundo lleno de amor y respeto hacia nuestros pequeños. Para todos ustedes dedico este verso del poema El Cántaro Roto, de Octavio Paz:
"...hay que soñar en voz alta, hay que cantar hasta que el canto eche raíces, tronco, ramas, pájaros, astros..."
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