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jueves, 6 de septiembre de 2012

Una nueva cepa de padres: el papá moderno

 
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Los tiempos cambian y el rol de papá en la crianza, también.  En la última década los hombres se han ido zafando del papel de padre meramente proveedor o reproductor,  para conquistar un vínculo más fértil, nutritivo y enriquecedor, basado en mayor compromiso emocional y disfrute de sus hijos y sus hijas. Vemos como crece el número de progenitores varones más participativos e implicados en la crianza. Muchos hombres comienzan a involucrarse emocionalmente con los hijos desde el momento mismo de la concepción y embarazo, acompañando y apoyando de cerca y constantemente a la madre gestante. Los días en que los papás ni pensaban en ocuparse de alimentar, higienizar o llevar al pediatra a sus hijos, van quedando atrás.

Según estudios realizados por la  Oficina de Censos del Gobierno de Estados Unidos, los papás que se quedan en casa, (stay-at-home dads) se han duplicado en la última década. En muchos países, aumenta el número de papás que optan por empleos de tiempo flexible para trabajar desde el hogar  o , que previo acuerdo y evaluación con sus parejas, deciden hacer pausa en sus carreras para ocuparse de la crianza de los hijos.  En Europa y algunos países de Latinoamérica se han hecho estudios que miden el cambio del modo en que los nuevos papás se están vinculando con sus hijos. La tendencia es que los  hombres están disfrutando con la experiencia de ser padres, se muestran muy cariñosos y están implicados al cien por ciento en la educación de sus hijos. Incluso se registra un porcentaje importante de papás que está de acuerdo en sacrificar su sueldo o su desarrollo profesional para dedicar más tiempo a sus familias.  

 
El cambio generacional es inminente. Muchos hombres perciben que tienen una relación bastante más cercana con sus hijos respecto a la que tuvieron con sus progenitores. Así mismo, sienten necesidad de que se aumenten los permisos laborales para estar más tiempo con sus hijos tras el parto o nacimiento, y están muy interesados en que se establezcan políticas reales de conciliación laboral familiar que les permitan pasar más tiempo con su familia.
Hombres y mujeres se hacen conscientes de que las labores o roles de padre y madre, no siempre ni necesariamente dependen del género. La mujer ha conquistado  espacios públicos (estudio, trabajo, profesión, política, deporte…) con lo cual se abren espacios  dentro del hogar para que el hombre también participe de las funciones, que sólo se atribuían al sexo femenino, como es el caso de las tareas domésticas y la crianza de los hijos.
Poco a poco vamos avanzando hacia una nueva paternidad.   Y pese a que aún la mayor carga de trabajo doméstico y la crianza sigue bajo la responsabilidad de las mujeres, ciertamente avanzamos hacia la materialización de la corresponsabilidad y la equidad, no sólo en beneficio de la mujer, sino también del hombre al que se le abren las posibilidades de enriquecer su experiencia humana a través del encuentro y el disfrute más cercano e íntimo con los hijos y la familia.
Es inminente el surgimiento de un modelo que rompe con el arquetipo de padre tradicional para dar paso a una nueva cepa de padres: el papá moderno más comprometido y activo con la crianza y que además disfruta del vínculo con sus hijos e hijas. Demos la bienvenida a la nueva paternidad. ¡Que se riegue como flores por el mundo!...

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