En conferencia dictada durante jornadas científicas del parto y la
crianza en Cataluña, la psicopediatra y autora Rosa Jové, explicó algo de suma importancia
que quiero compartir con ustedes. Ella habló de que la naturaleza tiene dos grandes vías de
crianza según sea la especie del reino animal. En primer lugar se refirió a las
especies precociales,
consideradas -tal y como el nombre lo refiere- precoces, es decir “aquellas en las que las crías son capaces de
ver, oír, ponerse en pie, y de realizar las demás funciones propias del
individuo adulto, desde prácticamente al nacer. Por tanto, éstas especies
requieren menores cuidados maternales y son capaces de unirse a las actividades
de los individuos adultos en pocos días” [1]
entre ellas se encuentran, por ejemplo, el
caballo, los periquitos, los peces, etc.
En segundo lugar están las especies altriciales “que nacen inmaduras, con una movilidad muy limitada. Su organismo debe madurar
después del nacimiento para alcanzar las características del individuo adulto y
requiere de un largo proceso de aprendizaje”[2] Entre los altriciales están nuestros primos los monos, y por supuesto nosotros los humanos, que también somos
primates, mamíferos, muy sofisticados, pero lo somos, con lo cual
se establece que necesitamos los tiempos más prolongados de cuidados
maternos de toda la especie animal. ¿Y por qué?, justamente porque somos
sofisticados, somos los más inteligentes de toda la especie y a mayor
inteligencia, más tiempo de cuidados maternales necesita la cría humana hasta
lograr la autonomía suficiente que alcanzará cuando sea un individuo adulto.
Para explicarlo, la doctora Jové con un toque de humor, narraba un
ejemplo muy gráfico. Decía que en las piscifactorías se dejan los huevos de truchas
con el alimento suficiente y al cabo de dos meses aparecen unas truchas muy guapas.
Pero, si intentamos hacer lo mismo con niños recién nacidos en una habitación,
poniéndoles comida por ahí, al cabo de
dos meses no encontraríamos a nadie. La
psicopediatra española después de narrar el ejemplo insistía en que nos quedara
a todos muy claro -especialmente a la hora de considerar decisiones que atañen el interés de los niños- que los seres humanos somos altriciales y no precociales, es decir,
necesitamos del cuidado de los otros
para vivir, y advertía a aquellos que aún piensan o
esperan que tener hijos no les va a
cambiar la vida, aquellos que pretenden hacer el mínimo esfuerzo de adaptación
a las altas demandas que requiere una cría humana altricial, dependiente
durante muchos años para desarrollarse, que
mejor se compren un periquito. La paternidad y la maternidad, subrayaba Jové, “no es un derecho de los padres, es ante todo
un deber, porque se juega con una vida humana, con la psicología infantil.” Somos altriciales y necesitamos dedicar mucho
tiempo de inversión parental durante el prolongado y lento proceso de
adquisición de autonomía que discurre a lo largo de la infancia y de la
adolescencia hasta llegar a la adultez.
La manera en que atendemos a nuestras crías construye y define su
salud física y emocional presente y futura. Las hace más o menos aptas para
integrarse consciente y respetuosamente en la sociedad y en el planeta. Por
esta razón es acuciante revisar el tipo y la calidad de crianza que damos a nuestros
niños. Nunca será igual criarlos de una manera que de otra. Pretender que los niños
pequeños duerman solos sin molestar, que no pidan que los carguen, que sean independientes a los dos años, dejarlos
todo el día en una guardería o
preescolar depositados por docenas en un aula, con horarios institucionalizados
prácticamente iguales o más exigentes que los horarios laborales de un adulto,
entregar veinte niños al cuidado de dos personas, ciertamente no es la crianza
que como especie necesitamos. Al menos no para construir un mundo más humanizado,
más ecológico, sustentable, con menos cárceles y hospitales. Cuando se trata de seres humanos, como dice mi
colega periodista y mamá bloguera, Ileana Medina, “criar es estar”.
[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Precocidad
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Altricial
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