Hace
algunos años, en ocasión de la publicación del libro dedicado a
su nieto, hice una entrevista al escritor JJ Benítez que hoy saqué de
mis archivos para compartir con mis lectores y lectoras. Aquí la
tienen, espero que la disfruten tanto como yo lo hice.
Con JJ Benitez después de la entrevista |
Van a ser las 2:30 pm. Estoy sentada en un sofá dispuesto en el lobby
de un conocido hotel de Caracas cuando recibo la llamada que me
confirma su llegada. Puntual, se acerca el conocido periodista,
investigador y escritor que quiso ser pintor, J.J Benítez. El motivo del
encuentro: hablar sobre su último libro “De la Mano Con Frasquito” que
aparentemente nada tiene que ver con OVNIS pero que recoge 101
reflexiones sobre sus experiencias de vida para ofrecerlas de regalo a
su nieto. El
escritor navarro que ha vendido más de nueve millones de copias y
publicado más de cincuenta libros entre los que destaca la saga del
Caballo de Troya, elige una butaca contigua y toma posesión de su
espacio con halo cercano, afable y dispuesto a hablarnos desde una
dimensión diferente a la que sus lectores están acostumbrados. Esta vez
toca el turno de indagar sobre su visión acerca de la paternidad, la
familia, la crianza, la transmisión de valores y el sentido de la vida.
BI: ¿Cómo se inscribe dentro de su proyecto global de escritura, este nuevo libro?
JJB: No sé explicarte, yo escribo siempre de acuerdo con lo que me
apetece hacer, con lo que me pide el corazón y no sé si se repetirá
alguna vez, probablemente no. Supongo que pasa cuando se llega a una
determinada edad. Decidí compartir un cúmulo de cosas que he ido
viviendo y que no se deben perder, que pueden ser muy útiles no sólo
para niños, sino para todo el mundo.
BI: ¿De qué manera ha incidido sobre el desarrollo de este proyecto
la relación con su nieto a quien usted llama cariñosamente Frasquito?
JJB: Frasquito es fundamental, de hecho, a lo mejor si no hubiera
existido, yo no hubiera escrito el libro. Él aparece en la vida, yo lo
observo, y parece como si Frasquito viniera al mundo con una idea en la
mano, y me la ofreció sin darse cuenta. Frasquito es una criatura que me
ha hecho reflexionar mucho, observar más, que me ha hecho recordar y
que en cierta medida me hace ser más bueno. Aunque yo no sea bueno, lo
intento, porque es una criatura tan recién llegada, tan limpia, tan
tierna, tan prometedora, que no puedes tener otro tipo de comportamiento
con él.
BI: ¿No piensa usted que todos los niños traen esas cualidades al
nacer, y que mucho depende de los adultos criadores que las desarrollen o
a las tuerzan?
JJB: Yo creo que los niños por sí mismos son una bendición. Tener un
hijo, tener a un niño en sí es un regalo. Luego cada padre cada familia
siempre intenta hacerlo lo mejor posible. Yo he aprendido también que el
niño tiene su propia vida y no debemos imponerle nada. Los padres
queremos que los hijos sean de determinada manera, y es un error. Los
niños tienen que desarrollar su vida, su plan de trabajo, el que tengan,
y lo único que tenemos que hacer es estar con ellos.
BI: Un tema de preocupación frecuente manifestado por los padres, es
la cuestión de inculcar valores a los hijos. Al margen de la diferencia
que dicta el código particular de cada religión o cultura, ¿cuáles cree
usted que son los valores fundamentales sobre los que debe desarrollarse
el ser humano?
JJB: Lo más importante, pienso yo, es que debemos ayudar al niño
-aunque luego ya cada uno hará lo que considere importante con su vida-
primero a ser buena persona, es decir, no ser agresivo ni dañino con
nadie, luego a ser una persona generosa, entender que no es necesario
ser posesivo, porque la vida te da lo que te tenga que dar y hay que
aprender a disfrutarlo. Ser desprendido, ser una persona generosa es
algo básico.
BI: ¿Cómo ve usted la familia actual y la posibilidad de desarrollar estos valores dentro de su núcleo?
JJB: Sobre la familia creo que a pesar de los vaivenes y a pesar de
las modas y los problemas que puedan haber y que los ha habido siempre y
los hay siempre, la familia es algo que se mantiene. Yo creo que la
familia es algo natural y va a persistir. Tendrá sus momentos, sus modas
pero no se acabará. El que haya una tendencia a que se formen nuevos modelos de familia
no debe hacernos pensar que la familia se va a destruir, al contrario,
yo creo que la va a enriquecer. Hay que ser respetuosos con todas las
opciones.
BI: En la mayoría de los casos los padres esperamos que nuestros
hijos adopten nuestras mismas creencias políticas, religiosas, etc.
¿Hasta qué punto esto violenta el respeto a la libertad de elegir? ¿Cree
usted que hay que darles una doctrina desde un principio y que luego de
mayores ellos elijan o debemos enseñarles todas las opciones posibles y
permitirles elegir desde pequeños?
JJB: Pretender que nuestros hijos adopten y sigan nuestras creencias
es un error. A los seres humanos nos falta mucha perspectiva, creo yo.
No hay que imponer nada. Hay que ayudar. Si alguien quiere ser algo que
no le ha pasado a la madre o al padre por la cabeza, pero al niño o a la
niña es lo que le interesa ser, hay que apoyarlo incondicionalmente. Yo
creo que a los hijos hay que ayudarlos en lo bueno y en lo malo. Hay
que estar con los niños, no imponer a los niños. Y estar incluso en
silencio, sin más. Cada uno tiene su criterio, su elección, los niños
también y hay que respetarlos. En la sociedad occidental, sobre todo, la
imposición ha sido una norma. A los niños y a los muchachos hay que
intentar explicarles todo, el por qué se hace esto así o por qué no. El
problema es que no somos respetuosos con los que tienen menos edad.
Ellos tienen que ser respetuosos con los mayores, pero los mayores no
somos respetuosos con los niños. Yo lo he descubierto muy tarde… Yo no
estoy de acuerdo con la educación impositiva, me da igual el terreno que
sea, matemática, religión, etc. Hay una cosa que se llama el sentido
común y hay que respetarlo, ser coherente con la naturaleza, respetuosos
con el mundo. Desde mi punto de vista la vida de un ser humano es algo
minuciosamente ordenado, ya establecido y se va a desarrollar con los
parámetros determinados por el buen Dios y a la criatura: al hombre, a
la mujer.
BI: ¿De qué modo podemos asistir respetuosamente a nuestros hijos en su proceso de crianza?
JJB: Es un procedimiento que para empezar, te lleva a la observación.
Tú observas al niño, y le escuchas, si ves que se está desviando hacia
un territorio que no es bueno para él, le puedes aconsejar, orientar,
pero no imponer. Una de las cosas que me di cuenta cuando estaba
escribiendo Frasquito -yo lo hago con mucha frecuencia- es que levanto
la voz. El criterio de imposición hace que la criatura que está delante
retroceda, y se rompe algo mágico. Cuando alguien manda, se rompe la
magia, y si se manda es porque se ha agotado la palabra o se ha agotado
el sentimiento o se ha agotado la sonrisa, y eso no es bueno. Claro que
es muy difícil porque la sociedad está establecida de otra manera, y hay
que ir corrigiendo poco a poco este orden. Quizás este libro es muy
útil porque invita a cada persona a que piense por sí misma, a que
decida y se hace de una manera muy dulce.
BI: Me di cuenta de que, por la manera en que está hecho, podría
jugarse a abrir cualquier página del libro al azar y encontrarse con una
reflexión que responda a una inquietud del momento.
JJB: Claro, aparentemente es un juego, donde Frasquito hace cosas o
dice cosas que pueden ser más o menos llamativas, eso lo aprovecho yo
para hacer una reflexión sobre lo que sea e intentar transmitirle a la
gente un concepto que a mí me ha resultado muy útil y que a lo mejor
está contra la ortodoxia o lo establecido… ¿y por qué no?
BI: ¿Cómo siente JJ Benítez ser abuelo y cómo sintió ser padre durante los años de formación y crianza de sus hijos?
JJB: Mi padre fue un hombre extraordinario y yo pude ser y trabajar y
estudiar gracias a él. Era un hombre muy observador y quizá en ese
aspecto tuve mucha suerte. Yo como padre no fui tan bueno como mi padre,
ahora, como abuelo, estoy intentando corregir eso, lo cual es lógico
porque cuentas con las posibilidades que te da la experiencia. Quizá
también es cierto que los abuelos no tenemos la carga que tienen los
padres y es una situación más relajante. El padre está batallando más,
el abuelo no tanto.
BI: Para usted, un investigador impenitente, ¿cuál es el enigma por excelencia?
JJB: Pues la propia existencia humana. Los otros enigmas son
interesantes todos, o casi todos pero el más importante es el enigma del
por qué estamos aquí, quién soy yo. Si yo creo que no existe la
casualidad, entonces por qué la existencia del ser humano y de cada ser
humano. Eso ha sido un gran enigma, un gran misterio, y yo en parte se
lo trato de transmitir a Frasquito. Yo creo que el ser humano está aquí
con un plan. Cada señor y cada señora está aquí con un plan
establecido. Lo que yo llamo la Ley del Contrato.
BI: ¿Cómo se siente haber hecho de una de sus pasiones su trabajo que
además le ha redituado fama y dinero? ¿Por qué la mayoría de las
personas no lo consiguen?
JJB: Si la teoría que te acabo de explicar que yo llamo la Ley del
Contrato fuera verdad -que está por ver- todas las vidas de todos los
seres humanos tienen sentido. Si algunos firman contratos para ser
millonarios, otros lo firman para ser ciegos, otros para ser paralíticos
cerebrales, Down, autistas (que son auténticos héroes porque viven
encarcelados dentro de sí mismos) otros firman el contrato para ser
personas anónimas, otras para vivir en el desierto, otras para vivir 5
semanas. No sabemos por qué razones, pero las hay. Entonces unos
triunfan en la vida. Bien pues, estaba escrito, era el plan de trabajo
de esa persona. No sabemos por qué repercusiones, pero una vez que
consigues el dinero te das cuenta de que no sirve para nada, y tienes
que conseguirlo para darte cuenta de eso. Y esta es la segunda parte de
las personas con mucho dinero o poder, que no lo dicen, se callan, sin
embargo se preguntan: he llegado hasta aquí y qué.
BI: ¿Qué es el sentido de la vida para JJ Benítez?
JJB: El sentido de la vida es la experiencia. Por eso yo le digo a
Frasquito que el dinero es una caja de herramientas y tú no te pones de
rodillas ante una llave inglesa, no se te ocurre. El dinero sirve para
hacer muchas cosas, pero el sentido de la vida es que vivas, que
disfrutes el instante, el cúmulo de presentes, eso es lo que cuenta. Yo
le digo a Frasquito, que cuando se muera, se va a llevar una sola cosa
al otro lado: sus recuerdos, por eso es tan importante vivir. Y ese es
el sentido de la vida, disfrutar cada instante.
BI: ¿A quién invitaría usted a leer De La Mano Con Frasquito?
JJB: Si alguien está triste confuso o aparentemente sin salida en su
vida, este es un libro que le puede resultar muy útil. En un momento
determinado lo abres por donde quieras y lees algo que encaja con lo que
te está preocupando en ese momento y eso significa que este libro no
tiene nada que ver conmigo. Yo lo he escrito, pero yo no lo he escrito.
BI: ¿Se refiere a ese “modesto fax” que dice en la tapa del libro lo conecta a usted con el buen Dios?
JJB: Eso es. Como todo el mundo, lo que pasa es que yo me he
percatado de la conexión, y me aprovecho del buen Dios y le saco toda la
información que puedo, constantemente.
BI: ¿Y cómo logra percatarse de esa conexión?
JJB: Hay un sistema muy sencillo. Él está dentro y no grita, el
problema de Dios es que susurra y no nos damos cuenta. Es tan simple y
tan sencillo como escuchar. Dentro hay alguien. Está hablando, está
susurrando, escuchemos qué dice.
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