En los Talleres de Crianza Respetuosa que dicto
regularmente en Caracas y en el interior de Venezuela, casi sin excepción
surgen inquietudes de los progenitores relacionadas con los métodos de
adiestramiento para lograr que los niños pequeños duerman en solitario, toda la
noche, sin molestar. Algunos padres comentan que estos sistemas les fueron
recomendados por un familiar, un amigo o indicados por algún "reputado pediatra".
Siempre les respondo que los métodos de
adiestramiento, además de que no son necesarios -porque un bebé sabe dormir tal
y como necesita según su momento evolutivo- resultan bastante perjudiciales
porque constituyen una experiencia muy violenta desde el punto de vista del niño,
e interfieren con el proceso natural de sueño que madura por sí sólo (autorregulación).
Estos métodos de entrenamiento, se basan en el principio de condicionamiento
operante de Skinner y proponen con unas que otras variantes, dejar al bebé
llorando sólo en su habitación durante un tiempo determinado sin acudir a su
llamado, ni consolarlo ni tomarlo en brazos, hasta lograr después de varios días,
que deje de llorar y se duerma.
Para explicarle a los padres aspectos vitales que
nadie les ha informado sobre estos métodos conductistas, a menudo recurro a la
lectura del capítulo referido a los procesos de adiestramiento del sueño en el
libro La
Crianza Feliz de la psicopediatra Rosa Jové, experta en sueño infantil.
Explica Jové, que siempre que alguien tiene miedo -en
este caso el niño- los sistemas de alarma se activan. Dice que cuando dejamos a
un pequeño solo llorando en su habitación, experimenta miedo (estudios
realizados que miden el cortisol así lo demuestran). Si no es atendido de
inmediato, seguirá llorando hasta que su amígdala (cerebral) colapsa. Agrega
que todo un flujo hormonal y químico generado por el sistema denominado HHA
(hipotálamo-hipofisario-adrenal) encargado de regular estas funciones de
alarma, inunda violentamente el cerebro del niño apuntando directamente a la amígdala
que queda colapsada. Esto se llama estar activado, nos dice Jové. Pero,
"el cuerpo no resiste mucho tiempo una situación así", aclara la
autora, por tanto "compensa con secreción de opiáceos, endorfinas y
serotoninas que provoca una bajada del sistema de alarma en el cuerpo del
sujeto". De manera que si para un niño ya era la hora de dormir, y encima
ha pasado un tiempo llorando con el consiguiente cansancio, además de que acaba
de recibir una inyección brutal de opiáceos, endorfinas, etc., cae rendido y se
duerme, describe Rosa Jové. Después de toda esta explicación, la experta en sueño
infantil concluye con una sentencia estremecedora: "ni por un momento piense que (su hijo) ha aprendido a dormir,
sino tan sólo a doblegarse y autodrogarse."
Es por eso que estos sistemas de entrenamiento sólo
funcionan con niños pequeños que se asustan al quedarse solos, con lo cual serían
inútiles aplicados a un adolescente, siendo que no es posible asustarlo tanto
como para provocarle semejante shock y dejarlo exhausto para que duerma sin
molestar, señala la psicopediatra española. Y añade que esa es la razón
por la cual los que recomiendan aplicar dichos entrenamientos, explican que
deben hacerse antes de los cinco años.
Así mismo, Rosa Jové advierte que este tipo de
experiencias, transmiten a la criatura que de nada vale pedir ayuda porque en
este mundo donde acaba de aterrizar, nadie acudirá a socorrerle, afectando su
autoestima y desarrollando indefensión aprendida. De hecho los niños no dejan
de despertarse a lo largo de la noche, lo que realmente ocurre con estos
sistemas de entrenamiento es que aprenden que no vale la pena llamar a sus
padres porque no acudirán.
En relación a las secuelas a mediano y largo plazo,
Rosa Jové explica en el libro antes señalado, que repetir oleadas de estas
sustancias químicas en el cerebro de un niño, puede provocar la reducción de la
producción normal de serotonina y la insensibilización de la amígdala cerebral
responsable de regular la respuesta emocional. Esto se relaciona con
depresiones, pérdida de autoestima, confianza y empatía. Por otra parte, la
psicopediatra española informa que un bajo nivel de serotonina comporta uno de
los indicadores más importantes en animales y humanos relacionados con tasas
altas de homicidio, suicidio, piromanías y otras conductas agresivas.
Suficiente evidencia para descartar la aplicación de métodos
de entrenamiento con el propósito de conseguir que los niños duerman en
solitario y de un tirón toda la noche, sea que la recomendación venga de opinólogos,
de profesionales de la salud o de donde venga ¿no creen?
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Ok, interesante. Pero, entonces que metodo recomiendan? porque no es sano para una madre con un niño de casi 4 años despertarse 2 veces por la noche todas las noches y casi a las mismas horas. Se trastorna el sueño de ambos, al otro dia por supuesto estás de malgenio porque no descansaste, entonces: como debo enseñarle sin causarle daños?
ResponderEliminarHombre, por desgracia estos son gajes del oficio. Los niños suelen despertarse porque se sienten solos, porque quieren ir al baño, pero no identifican su necesidad, o porque tienen sed... hay muchos motivos por los que se siguen despertando de pequeños. Lo mejor es dormir con él en la misma cama, así, cuando se despierta, se tranquiliza en seguida y podéis retomar el sueño sin problemas.
ResponderEliminar¿Duerme con él? Al menos es lo que me ha funcionado a mi por más de 3 años y descansamos bien los dos a pesar de los despertares y de que trabajo desde los 6 meses.
ResponderEliminarNo le puedes enseñar a dormir de corrido. Simplemente no se puede (incluso con esos "métodos" en que lo dejas llorar, sólo dejan de llorar, pero siguen despertando).