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jueves, 18 de septiembre de 2014

El NO: adminístrese en pequeñas dosis

Que no te subas al sofá, no camines descalzo, no se toca, no te comas eso, no molestes, eso no se díce, no, no, no, te dije que no... Cuando de criar a niños se trata el NO se convierte en moneda corriente.

Abusamos del NO, en el afán de reprimir o inhibir conductas de los niños a nuestro cargo consideradas indeseables, sin observar que a menudo dichas conductas son naturales y saludables por ser niños o que en caso de ser necesario podemos redirigirlas sin recurrir al NO. ¿Cómo?, usando estrategias como ofrecer alternativas, distraer al niño con propuestas más atractivas y juguetonas, negociando con las criaturas cuando ya están más grandes, o detenernos para evaluar si el NO es realmente necesario, eligiendo sólo las batallas que sean importantes o que valgan la pena. 

El NO debe administrarse en dosis pequeñas,  de lo contrario dejará de funcionar. El uso indiscriminado del NO para detener la conducta de un niño provoca  que pierda su efecto. La prueba está en que necesitamos repetirlo todo el santo día... sin éxito.
 
Reservemos el NO para ocasiones o circunstancias que realmente lo ameriten, tales como aquellas en las que el niño ponga en riesgo su integridad o la de otros (pegar al hermano, agarrar el cuchillo, soltarse para cruzar la calle solo, meter la mano en el ventilador...) Administremos el NO en pequeñas dosis.
 

Fuentes:
Laura Gutman, terapeuta y autora
Yolanda González, psicóloga especialista en prevención infantojuvenil y autora
Carlos González Pediatra y autor de bestsellers

Twitter. @conocemimundo
Instagram: @conocemimundo

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