A
menudo los progenitores me preguntan cómo lograr que sus hijos hagan las tareas
escolares sin resistirse. Siempre
respondo: ¿por qué en lugar de forzar al niño a adaptarse a un sistema
pedagógico obsoleto, vencido, inútil, no cerramos filas para hacer que el
sistema pedagógico se adapte a las necesidades reales de los niños y jóvenes?
¿Alguna
vez hemos hecho el ejercicio de tratar de registrar qué cantidad de
conocimientos adquiridos durante todo nuestro proceso educativo desde el primer
día de escolarización hasta graduarnos, somos capaces de recordar o nos sirve de
algo para nuestro desempeño actual en la
vida? Hagamos memoria, ¿cuánta de toda la información memorizada o
"aprendida" a lo largo de horas, días, años de escuela, de tareas
interminables, pesadas y aburridas en casa, cuánto de lo adquirido durante
miles de días de nuestra infancia y juventud invertidos en actividades
académicas, recordamos o nos sirve para algo hoy? Tal vez leer, escribir (con
serias lagunas de compresión lectora y de redacción, por cierto) Acaso sumar,
restar... posiblemente el nombre de algunos países o capitales, aunque esos
seguro que los descubrimos viajando o jugando o leyendo cuentos o novelas
interesantes, y no precisamente en la escuela... ¿Fechas?, ¿para qué?. A que
recordamos solo las que se celebran o conmemoran todavía y porque son días no
laborables, porque si no... Algunos expertos han demostrado que, de todo ese "esfuerzo educativo" a
lo largo de años, apenas retenemos y usamos un diez por ciento en el mejor de
los casos. ¿Qué querrá decir toda esta evidencia ? ¿No será que va siendo hora
de cambiar el modelo pedagógico hegemónico establecido siglos atrás, que ya es un barco haciendo agua por muchos
huecos? Vamos a sincerarnos, ¿responde el sistema educativo actual a las
necesidades de nuestro tiempo?
Cada
día surgen nuevas iniciativas que aportan
cambios significativos hacia el objetivo de transformar el paradigma educativo. Una de ellas supone, por ejemplo, eliminar las
tareas escolares o propuestas como las del proyecto La Pedagogía Blanca que
explican las razones por las cuales debemos oponernos a los deberes
abusivos y que ofrecen
información sobre distintos aspectos que rodean al problema tales como la legalidad, las
diferentes formas de plantear tareas, cómo hablar con los maestros, cómo apoyar
a los hijos, etc.
Recientemente se anunciaba en distintos medios de
comunicación que los
colegios jesuitas en Cataluña han comenzado a implantar un modelo pedagógico
en el que desaparecen las clases magistrales, los pupitres, los deberes y las
aulas tradicionales. Esto nos habla de cómo, incluso las instituciones más
conservadoras, son capaces de abrirse al cambio. Dichas propuestas educativas
no son del todo recientes. Modelos pedagógicos distintos al tradicional que
conocemos hoy, siempre han existido. Las escuelas Montessori y Reggio Emilia
entre otras, al igual que sistemas
educativos de países como Finlandia, Suecia, etc.., así lo demuestran.
En el proyecto audiovisual de licencia libre La
Educación Prohibida se documentan más de cuarenta experiencias
educativas actuales no convencionales, en Iberoamérica.
Personalmente
no soy partidaria de un único modelo pedagógico. Me inclino hacia la diversidad de modelos orgánicos y dinámicos
que se ajustan a las necesidades particulares de cada cultura a su vez entrelazada con la
globalidad, modelos visionarios que al mismo tiempo respondan a las
propias circunstancias históricas, que sean capaces de atender a cada individuo
como a un ser único según sus propias necesidades y potenciales. Quizás a un
niño, niña o joven le vaya bien con Reggio Emilia y a otro le encaje más
Montessori o Summerhill, o la combinación de varios modelos adaptados o
climatizados…
así
como seguramente, en algún momento será oportuno abrirnos a nuevas experiencias
educativas que aún no se han desarrollo. Lo importante es permitir el despliegue de la diversidad
pedagógica y acceder a la nueva educación que tanta falta hace a la humanidad.
La
vida es cambio constante, hay que abrirse a nuevos referentes para educar o de
lo contrario quedaremos atascados en esquemas vencidos. Necesitamos "pensar
fuera de la caja", romper con la consistencia, vencer la resignación
caracterial y empoderarnos. Sin personas
que se atreven cuestionar lo naturalizado y proponer nuevos paradigmas, aún
estaríamos en el siglo XV.
Email: conocemimundo@gmail.com
Twitter. @conocemimundo
FB: Conoce Mi Mundo
Apuesto por lo mismo, es decepcionante ver la rigidez con la cual se sigue impartiendo la educación cuando la sociedad cada vez exige mas creatividad, innovación y flexibilidad a los ciudadanos, los niños deben ser formados en ese ambiente para que puedan participar de su creación. Un abrazo
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo Berna, es necesario crear espacios que le permitan a los niños liberar su creatividad e innovación y no someterlos a repetir y repetir, deberíamos comenzar por una campaña y un modelo!!
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