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martes, 17 de marzo de 2015

Tareas, pupitres, exámenes ¿son realmente necesarios?





A menudo los progenitores me preguntan cómo lograr que sus hijos hagan las tareas escolares sin resistirse.  Siempre respondo: ¿por qué en lugar de forzar al niño a adaptarse a un sistema pedagógico obsoleto, vencido, inútil, no cerramos filas para hacer que el sistema pedagógico se adapte a las necesidades reales de los niños y jóvenes?  
¿Alguna vez hemos hecho el ejercicio de tratar de registrar qué cantidad de conocimientos adquiridos durante todo nuestro proceso educativo desde el primer día de escolarización hasta graduarnos, somos capaces de recordar o nos sirve de algo para  nuestro desempeño actual en la vida? Hagamos memoria, ¿cuánta de toda la información memorizada o "aprendida" a lo largo de horas, días, años de escuela, de tareas interminables, pesadas y aburridas en casa, cuánto de lo adquirido durante miles de días de nuestra infancia y juventud invertidos en actividades académicas, recordamos o nos sirve para algo hoy? Tal vez leer, escribir (con serias lagunas de compresión lectora y de redacción, por cierto) Acaso sumar, restar... posiblemente el nombre de algunos países o capitales, aunque esos seguro que los descubrimos viajando o jugando o leyendo cuentos o novelas interesantes, y no precisamente en la escuela... ¿Fechas?, ¿para qué?. A que recordamos solo las que se celebran o conmemoran todavía y porque son días no laborables, porque si no... Algunos expertos han demostrado que,  de todo ese "esfuerzo educativo" a lo largo de años, apenas retenemos y usamos un diez por ciento en el mejor de los casos. ¿Qué querrá decir toda esta evidencia ? ¿No será que va siendo hora de cambiar el modelo pedagógico hegemónico establecido siglos atrás,  que ya es un barco haciendo agua por muchos huecos? Vamos a sincerarnos, ¿responde el sistema educativo actual a las necesidades de nuestro tiempo?
Cada día surgen  nuevas iniciativas que aportan cambios significativos hacia el objetivo de transformar el paradigma educativo.  Una de ellas supone, por ejemplo,  eliminar las tareas escolares o propuestas como las del proyecto La Pedagogía Blanca que explican las razones por las cuales debemos oponernos  a   los deberes abusivos y que ofrecen información sobre distintos aspectos que rodean al problema  tales como la legalidad, las diferentes formas de plantear tareas, cómo hablar con los maestros, cómo apoyar a los hijos, etc.
Recientemente  se anunciaba en distintos medios de comunicación que  los colegios jesuitas en Cataluña han comenzado a implantar un modelo pedagógico en el que desaparecen las clases magistrales, los pupitres, los deberes y las aulas tradicionales. Esto nos habla de cómo, incluso las instituciones más conservadoras, son capaces de abrirse al cambio. Dichas propuestas educativas no son del todo recientes. Modelos pedagógicos distintos al tradicional que conocemos hoy, siempre han existido. Las escuelas Montessori y Reggio Emilia entre otras, al igual que   sistemas  educativos de países como Finlandia, Suecia, etc.., así lo demuestran. En el proyecto audiovisual de licencia libre La Educación Prohibida se documentan más de cuarenta experiencias educativas actuales no convencionales, en Iberoamérica.
Personalmente no soy partidaria de un único modelo pedagógico. Me inclino hacia  la diversidad de modelos orgánicos y dinámicos que se ajustan a las necesidades particulares de  cada cultura a su vez entrelazada con la globalidad,  modelos visionarios que al mismo tiempo respondan a las propias circunstancias históricas, que sean capaces de atender a cada individuo como a un ser único según sus propias necesidades y potenciales. Quizás a un niño, niña o joven le vaya bien con Reggio Emilia y a otro le encaje más Montessori o Summerhill, o la combinación de varios modelos adaptados o climatizados…  así como seguramente, en algún momento será oportuno abrirnos a nuevas experiencias educativas que aún no se han desarrollo. Lo importante es  permitir el despliegue de la diversidad pedagógica y acceder a la nueva educación que tanta falta hace a la humanidad.
La vida es cambio constante, hay que abrirse a nuevos referentes para educar o de lo contrario quedaremos atascados en esquemas vencidos. Necesitamos "pensar fuera de la caja", romper con la consistencia, vencer la resignación caracterial y empoderarnos. Sin  personas que se atreven cuestionar lo naturalizado y proponer nuevos paradigmas, aún estaríamos  en el siglo XV.


Twitter. @conocemimundo

2 comentarios:

  1. Apuesto por lo mismo, es decepcionante ver la rigidez con la cual se sigue impartiendo la educación cuando la sociedad cada vez exige mas creatividad, innovación y flexibilidad a los ciudadanos, los niños deben ser formados en ese ambiente para que puedan participar de su creación. Un abrazo

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  2. Totalmente de acuerdo contigo Berna, es necesario crear espacios que le permitan a los niños liberar su creatividad e innovación y no someterlos a repetir y repetir, deberíamos comenzar por una campaña y un modelo!!

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