"...hay que soñar en voz alta, hay que cantar hasta que el canto eche raíces, tronco, ramas, pájaros, astros..." Octavio Paz. El Cántaro Roto.

CRIANZA EN CULTURA DE PAZ

Conocer , comprender y respetar cada etapa evolutiva y necesidades legítimas de los niños y adolescentes. Reconectar con lo mejor de nosotros mismos. Transitar hacia el lindo horizonte de un mundo más humanizado.

martes, 14 de julio de 2015

Es natural que los niños sean dependientes







Las crías humanas, a diferencia de otras especies del reino animal nacemos y nos mantenemos, a lo largo de mucho tiempo, bastante inmaduras, con lo cual para sobrevivir somos inherentemente muy dependientes a lo largo de años, de uno o varios cuidadores que sepan interpretar nuestras necesidades y cubrirlas de inmediato. 

La estrategia de nuestro diseño biológico, mamífero, primate, altricial, establece reclamar el contacto prolongado con dicha figura de apego primaria (generalmente la madre) para resolver las dificultades fisiológicas y los rigores ambientales durante un momento evolutivo en el que carecemos de autonomía. 

La figura vinculante principal se constituye en la fuente básica de seguridad, afecto, contacto, alimentación y protección, es decir en la fuente de sobrevivencia del niño durante los primeros años de vida. 

Cuando el niño pequeño recibe prolongada, oportuna y sostenidamente la atención del adulto cuidador, se establece el vínculo de apego seguro, que comporta la raíz de la autoestima y la confianza con el mundo que le rodea, así como la base de todo vínculo posterior.

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