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martes, 4 de agosto de 2015

Amamantar y trabajar: sí se puede




En las sociedades modernas se perdió la costumbre de amamantar. Desde hace varias décadas se crearon condiciones que han minado la lactancia materna (LM) y han incrementado el consumo de sucedáneos de la leche materna de un modo alarmante, con altos costos para la vida y la salud infantil en todo el mundo. Circula información falsa  y existen incontables mitos y lagunas sobre  LM que nos alejan de la comprensión acerca de la verdadera naturaleza de esta robusta función humana (no puedes amamantar, no te sale nada, mejor dale un tetero o biberón, tu leche no lo alimenta,  el niño está muy grande para pegarlo al pecho, etc.) Consciente o inconscientemente, establecimos un orden que ha contribuido a minar profundamente las condiciones sociales y la confianza en la capacidad innata para amamantar de la gran mayoría de las mujeres.

Una de las dificultades que interfieren con la LM, es la presión social y económica que impone la reincorporación prematura de la madre reciente al trabajo. Son pocos los países en el mundo que protegen legalmente la diada mamá-bebe durante el tiempo mínimo recomendado por los organismos internacionales de salud para mantener la lactancia materna (La Organización Mundial de la Salud,
recomienda seis meses de LM exclusiva y hasta dos años o más complementada con otros alimentos) Existen muchas madres recientes en países cuyas leyes no protegen los tiempos necesarios, que sin embargo se empeñan en amamantar y logran apañarse tratando de sumar vacaciones y otros permisos laborales (cuando es posible) para extender el tiempo de permanencia con sus bebés.  Por el interés superior del niño, sociedades, gobiernos, empresas, familias, en todo el mundo, debemos cerrar filas para establecer las condiciones y las leyes que favorecen y protegen la lactancia materna. 

Es importante saber que la madre reciente puede mantener la lactancia a pesar de su reincorporación al trabajo. Según explica la experta en LM  y directora de Club Mujer Mandala, Holanda Castro, esto se puede lograr instituyendo leyes laborales acordes que favorezcan la lactancia, y creando previamente antes de la incorporación al trabajo, bancos de leche caseros bajo las instrucciones de profesionales especializados. Holanda Castro explica que los primeros días de incorporación al trabajo pueden presentar dificultad mientras el cuerpo de la madre se adapta a producir sin el bebé pegado al pecho. Pero la conexión del cerebro de la madre y el hambre del bebé es robusta. La directora de Club Mujer Mandala y experta en lactancia materna,  nos recuerda  la importancia de crear las condiciones para que la madre pueda extraer la leche en el lugar de trabajo, y mantener así la alimentación de sus hijos con tetero de leche materna. “Dejar llenar los pechos sin extraer la leche es mala señal”, advierte la consejera de lactancia, en tanto que se reduce la producción por falta del estímulo necesario. Es importante aprender técnicas de extracción con la ayuda de consejeras o asesoras de LM.

Durante las horas antes y después del trabajo es recomendable pegarse el bebé al pecho, siempre a libre demanda, es decir, sin horarios y cada vez que el bebé lo pida. UNICEF y OMS recomiendan el colecho (dormir en cama conjunta con el bebé) para beneficiar la lactancia materna sobre todo cuando hay que trabajar. Entre otras razones porque durante las noches el bebé puede mamar con mayor facilidad y recuperar la espera del día mientras la madre se encuentra en el trabajo, además de que la madre logra acompasar su sueño con el sueño del bebé y así mejorar su descanso. Es una vía de compensación para mantener la lactancia materna una vez que debemos distanciarnos de la criatura durante horas para ir a trabajar. 

Procurar una transición respetuosa previa a la reincorporación al trabajo, es fundamental. Existe el mito de que se debe despegar al bebé del pecho y del cuerpo de la madre para que se vaya acostumbrando a  la distancia inminente durante las horas en que esta se encuentre en el trabajo. Con ello solo provocamos  sufrimiento innecesario a la criatura y a la madre. Lo recomendable es establecer una transición respetuosa donde mamá pueda acompañar y contener a su bebé con suficiente anticipación y transmitir seguridad mientras la criatura se familiariza con el entorno y la persona que lo cuidará. 

El camino de retorno hacia la recuperación de la costumbre de amamantar requiere de la información, la protección y el apoyo necesarios para que cada madre tome sus propias decisiones desde un lugar consciente, empoderado  e informado.

Obtendremos resultados sostenibles en la medida en que hagamos énfasis en educar, para derribar los mitos y la ignorancia sobre la lactancia materna.



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