La
TV, los juegos de video, la computadora, las redes sociales, son opciones que
los niños y adolescentes consumirán en mayor o menor cantidad e intensidad y
con mejor o peor criterio, dependiendo del grado y calidad de conexión y
acompañamiento que sus padres hayan establecido o no con ellos. Si somos
capaces de impartir una crianza con apego seguro, democrática, respetuosa,
empática, con presencia constante y cercana, una crianza colmada de mirada,
compromiso emocional, que fomente la capacidad crítica y la comunicación
abierta... el espacio emocional de nuestros hijos e hijas estará colmado de
valores positivos y no quedará vacante para que ingrese la “mala influencia”
del exterior, venga de donde venga (medios de comunicación, amigos, calle,
escuela…)
Las
relaciones “virtuales” de nuestros hijos tendrán que manejarse de la misma
manera en que manejamos las reales: con presencia, acompañamiento, seguimiento,
información, comunicación abierta, acuerdos, respeto, no violencia, confianza…
Internet
ha pasado a ser nuestra segunda piel y nos acompaña a todas partes. Este es un
cambio que no tiene retroceso y con el que hay que aprender a convivir, sacando
provecho a las ventajas y cuidándonos de los riesgos que toda herramienta trae
consigo.
Del
mismo modo en que nos ocupamos de enseñar a los hijos que no deben abrir la
puerta de la casa a ningún extraño y los adiestramos sobre los riesgos del
mundo real, debemos intervenir cuando se trata de orientar sobre el uso de las
nuevas tecnologías, el mundo virtual o la red. Estar claros en que a través de
la red cualquiera puede hacerse pasar fácilmente por una persona que no es,
entender que revelar datos privados como la dirección de la casa, el lugar
dónde estudian, donde se encuentran en un determinado momento, montar
fotografías, vídeos, etc., en redes sociales equivale a decirlo en voz alta en
medio de la calle frente a muchos desconocidos. Nosotros como adultos debemos
comprender, y luego enseñar a nuestros hijos, que por Internet no se debe hacer
lo que tampoco haríamos en el mundo real. Si no nos paramos en medio de un
autobús lleno de extraños a contar nuestras intimidades en voz alta o a
repartir fotografías de nuestro último viaje a Disney, tampoco deberíamos
hacerlo en una red social.
Existen
múltiples herramientas para ejercer control parental sobre la navegación por
Internet a fin de propiciar una experiencia segura a los hijos. Muchas pueden
bajarse gratuitamente o ya vienen incorporadas en los diferentes programas o
software. También hay configuraciones de seguridad para permitir o impedir
acceso a nuestra información o localización en redes sociales.
Email: conocemimundo@gmail.com
Twitter. @conocemimundo
Instagram: @conocemimundo
FB: Conoce Mi Mundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por enriquecer este espacio con tu opinión: