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jueves, 12 de enero de 2017

Los niños pequeños están en el placer





Durante la primera infancia (0 a 7 años) los niños están en el placer. Por razones de madurez evolutiva aún les cuesta integrar el concepto de deber. Se trata de una etapa egocéntrica (que no egoísta) debido a que ciertas funciones racionales aún están en proceso de maduración y que cada niño o niña alcanzará, por autogestión, llegado el momento correspondiente sin forzar, ni empujar exigiendo comportamientos que no corresponden con su edad. 


Por ejemplo, la conexión espacio temporal con la experiencia es inmediata. Están en el presente. Ayer y mañana son conceptos complejos para un niño pequeño. Con lo cual les resulta complicado esperar hasta satisfacer una necesidad o deseo. Desde el momento en que un niño pequeño siente una necesidad o deseo hasta que este es satisfecho, sufre, se impacienta. No sabe que hay un después. Ellos están básicamente en el presente y su deseo o necesidad son puros y totales. Por eso cuando les decimos ahora no, en otro momento, dentro de un rato o mañana vamos al parque o te doy tal objeto más tarde, protestan, se molestan, hacen berrinches o si ya dominan el lenguaje preguntan a cada rato ¿ya?, ¿ahora sí? Y no lo hacen para fastidiar o manipular. 


Desde el nivel de comprensión de un niño pequeño, el presente es lo que existe. Por esta misma razón entre otras características madurativas de la edad,hacer entender a un niño -por ejemplo- que debe cepillarse los dientes para que en un mes no le salgan caries (concepto de deber con implicaciones a mediano o largo plazo) es poco o nada efectivo. En cambio jugar a cepillarse los dientes, es decir, el juego, la creatividad, el placer, lo estimulará a cooperar. 


La anticipación y la distracción también son recursos que ayudan a prevenir o desviar la atención del niño hacia un foco de interés distinto, evitando el conflicto. Nos anticipamos cuando prevenimos las situaciones que pueden desencadenar frustración en el niño. Ejemplo clásico, pasar por al acera de enfrente de la juguetería para que no la vea y quiera satisfacer su deseo urgente de quedarse o comprar juguetes. Distracción, cuando proponemos una actividad o un objeto interesante para llevar su atención presente hacia un foco distinto de aquello que  provoca su frustración (mira esta muñeca tan bonita, que tal si jugamos un ratito tú y yo...) 


Otro recurso que fortalece la capacidad de integrar progresivamente la experiencia presente y futura en los pequeñines, es hablarles constantemente de lo que está ocurriendo, y explicarles lo que vendrá. Por ejemplo, ahora vamos a casa de los abuelos, te vas a quedar con ellos un ratito mientras mamá sale a hacer algunas cosas. Despedirnos antes de salir, explicarles a donde vamos cuando regresamos. En la medida en que pongamos palabras coherentes con la realidad a la experiencia que circunda a la criatura, le ayudamos a organizar su percepción y construir progresivamente la experiencia.




Una vez que el niño madura, por autorregulación, deja atrás la etapa egocéntrica y comprende mejor el concepto de deber, siempre que no hayamos causado interferencias con aproximaciones represivas o empujando prematuramente hacia comportamientos que no corresponden con su edad. 


Berna Iskandar @conocemimundo





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