En
un lugar público donde coincidimos por azar un grupo de mujeres, de pronto
surge el tema motivado por la preocupación ante la escasez de fórmula para
lactantes en mi país, Venezuela. Se me
ocurrió intervenir sin que nadie me llamara, recomendando que aprovecharan la
coyuntura para dar la teta, que es lo más saludable para la madre y para el
niño, sobre todo en situaciones de emergencia.
Una
de las mujeres presentes con el uniforme de trabajo, se identifica como
odontopediatra, y de inmediato replica exaltada: no todas las mujeres podemos
amamantar, yo lo intenté y no pude. Le respondí que casi siempre las dificultades
para amamantar tienen que ver con la falta de apoyo o de acompañamiento
oportuno y apropiado de personas de
confianza como familiares, doulas o asesoras de lactancia, y no por una causa
fisiológica irreversible las cuales solo constituyen un ínfimo porcentaje de
los casos (menos del 1%)... pero no me dejó terminar, levantó aún más el
volumen de voz increpando "la lactancia materna es causante de serios
problemas de caries en los niños porque se pegan a la teta hasta los tres
años"... El resto de las mujeres
presentes sorprendidas preguntaron si era cierto. La odontopediatra respondió, "claro que sí,
la leche materna tiene azúcar"...
Desmandibulada
de estupefacción ante tales falacias y tratando de hacerme escuchar frente a
sus interrupciones constantes, entre otras cosas recomendé que se formara mejor
antes de transmitir esa clase de ideas que bastante daño provocan a personas y
pacientes desinformados por confiar en opiniones de "expertos". Sin
escucharme vuelve a interrumpir con otra incoherencia: "yo soy
prolactancia"... y siguió despotricando acerca niños que toman pecho hasta
los tres años, llenos de caries por culpa del azúcar de la leche materna, cerrada ante cualquier posibilidad de diálogo
reflexivo que permitiera hacer entender al resto de las mujeres que la
escuchaban que ni la leche materna ni ninguno de sus componentes es causa
caries en la primera infancia.
Saldo
de la experiencia: un grupo de mujeres en medio de una crisis sanitaria con
graves repercusiones para la
infancia, mal informadas gracias a las
afirmaciones de una profesional a quien
atribuyen credibilidad. Me pregunto cómo es posible que la academia sea capaz
de construir tanta ignorancia. Solo puedo sentir compasión por ese ser
obnubilado por el ego y la estupidez, y sobre todo una gran preocupación por la
cantidad de lactancias que habrá perjudicado desde su posición de profesional
sanitario vinculado con atención a la infancia.
Estoy
segura de que hay excepciones honrosas en el gremio de odontopediatras, los he
visto en mis conferencias manifestando el enorme interés por formarse para
acompañar a las familias orientados desde un paradigma consciente y respetuoso
de las necesidades y derechos de los niños y también los hay en redes sociales
haciendo un trabajo educativo necesario para desmotar tantos mitos en torno a
la salud infantil relacionados con su área de especialidad. Sin embargo,
lamentablemente, aún abundan los odontosauriopediatras con licencia par
dinamitar lactancias maternas que han podido ser exitosas. Lo confirmo también
en mis conferencias y redes sociales donde recibo constantemente inquietudes de
madres lactantes que van a sus consultas. Y ya no solo contraindicando la
lactancia materna, sino también reproduciendo el aprendizaje conductivista que
arrastran desde la academia en un mundo donde predominan las doctrinas hostiles
hacia la infancia, actuando de forma represiva e irrespetuosa en el abordaje a
sus pacientes.
Bastaría
el sentido común para deducir, inferir, darse cuenta de que la lactancia materna
"prolongada" NO causa caries, pero en virtud de que el sentido común
es el menos común de los sentidos y algunas personas necesitan evidencias
científicas publicadas por organizaciones oficiales para convencerse de lo que
salta a la vista, pueden revisar la publicación sobre Lactancia Materna y
Caries de la Asociación Española dePediatría, edición 2015
No
creo que los profesionales sanitarios que van
reproduciendo leyendas negras sobre la salud infantil actúen con mala
intención, pienso que dichas conductas emanan de la ignorancia, de creencias
falsas, de la repetición por inercia de aprendizajes insanos establecidos
incluso más allá de la academia, durante
la propia infancia desplegada bajo modelos autoritarios de crianzas, carentes
de empatía hacia las propias necesidades infantiles. Por eso insisto siempre en
que los adultos debemos responsabilizarnos de gestionar nuestras sombras, por
el bien propio y del prójimo sobre el que tenemos incidencia a partir de
nuestras decisiones y acciones.
Email: conocemimundo@gmail.com
Twitter. @conocemimundo
Instagram: @conocemimundo
FB: Conoce Mi Mundo
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En
un lugar público donde coincidimos por azar un grupo de mujeres, de pronto
surge el tema motivado por la preocupación ante la escasez de fórmula para
lactantes en mi país, Venezuela. Se me
ocurrió intervenir sin que nadie me llamara, recomendando que aprovecharan la
coyuntura para dar la teta, que es lo más saludable para la madre y para el
niño, sobre todo en situaciones de emergencia.
Una
de las mujeres presentes con el uniforme de trabajo, se identifica como
odontopediatra, y de inmediato replica exaltada: no todas las mujeres podemos
amamantar, yo lo intenté y no pude. Le respondí que casi siempre las dificultades
para amamantar tienen que ver con la falta de apoyo o de acompañamiento
oportuno y apropiado de personas de
confianza como familiares, doulas o asesoras de lactancia, y no por una causa
fisiológica irreversible las cuales solo constituyen un ínfimo porcentaje de
los casos (menos del 1%)... pero no me dejó terminar, levantó aún más el
volumen de voz increpando "la lactancia materna es causante de serios
problemas de caries en los niños porque se pegan a la teta hasta los tres
años"... El resto de las mujeres
presentes sorprendidas preguntaron si era cierto. La odontopediatra respondió, "claro que sí,
la leche materna tiene azúcar"...
Desmandibulada
de estupefacción ante tales falacias y tratando de hacerme escuchar frente a
sus interrupciones constantes, entre otras cosas recomendé que se formara mejor
antes de transmitir esa clase de ideas que bastante daño provocan a personas y
pacientes desinformados por confiar en opiniones de "expertos". Sin
escucharme vuelve a interrumpir con otra incoherencia: "yo soy
prolactancia"... y siguió despotricando acerca niños que toman pecho hasta
los tres años, llenos de caries por culpa del azúcar de la leche materna, cerrada ante cualquier posibilidad de diálogo
reflexivo que permitiera hacer entender al resto de las mujeres que la
escuchaban que ni la leche materna ni ninguno de sus componentes es causa
caries en la primera infancia.
Saldo
de la experiencia: un grupo de mujeres en medio de una crisis sanitaria con
graves repercusiones para la
infancia, mal informadas gracias a las
afirmaciones de una profesional a quien
atribuyen credibilidad. Me pregunto cómo es posible que la academia sea capaz
de construir tanta ignorancia. Solo puedo sentir compasión por ese ser
obnubilado por el ego y la estupidez, y sobre todo una gran preocupación por la
cantidad de lactancias que habrá perjudicado desde su posición de profesional
sanitario vinculado con atención a la infancia.
Estoy
segura de que hay excepciones honrosas en el gremio de odontopediatras, los he
visto en mis conferencias manifestando el enorme interés por formarse para
acompañar a las familias orientados desde un paradigma consciente y respetuoso
de las necesidades y derechos de los niños y también los hay en redes sociales
haciendo un trabajo educativo necesario para desmotar tantos mitos en torno a
la salud infantil relacionados con su área de especialidad. Sin embargo,
lamentablemente, aún abundan los odontosauriopediatras con licencia par
dinamitar lactancias maternas que han podido ser exitosas. Lo confirmo también
en mis conferencias y redes sociales donde recibo constantemente inquietudes de
madres lactantes que van a sus consultas. Y ya no solo contraindicando la
lactancia materna, sino también reproduciendo el aprendizaje conductivista que
arrastran desde la academia en un mundo donde predominan las doctrinas hostiles
hacia la infancia, actuando de forma represiva e irrespetuosa en el abordaje a
sus pacientes.
Bastaría
el sentido común para deducir, inferir, darse cuenta de que la lactancia materna
"prolongada" NO causa caries, pero en virtud de que el sentido común
es el menos común de los sentidos y algunas personas necesitan evidencias
científicas publicadas por organizaciones oficiales para convencerse de lo que
salta a la vista, pueden revisar la publicación sobre Lactancia Materna y
Caries de la Asociación Española dePediatría, edición 2015
No
creo que los profesionales sanitarios que van
reproduciendo leyendas negras sobre la salud infantil actúen con mala
intención, pienso que dichas conductas emanan de la ignorancia, de creencias
falsas, de la repetición por inercia de aprendizajes insanos establecidos
incluso más allá de la academia, durante
la propia infancia desplegada bajo modelos autoritarios de crianzas, carentes
de empatía hacia las propias necesidades infantiles. Por eso insisto siempre en
que los adultos debemos responsabilizarnos de gestionar nuestras sombras, por
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