"...hay que soñar en voz alta, hay que cantar hasta que el canto eche raíces, tronco, ramas, pájaros, astros..." Octavio Paz. El Cántaro Roto.

CRIANZA EN CULTURA DE PAZ

Conocer , comprender y respetar cada etapa evolutiva y necesidades legítimas de los niños y adolescentes. Reconectar con lo mejor de nosotros mismos. Transitar hacia el lindo horizonte de un mundo más humanizado.

lunes, 6 de noviembre de 2017

No existe diferencia entre castigo físico y maltrato infantil

En el artículo 32-A de la #Lopna  (Ley Orgánica de Protección de Niños y Adolescentes de Venezuela) se discrimina entre castigo físico y maltrato según sea la intensidad o la intención de educar o de dañar. Y hablamos de una ley que supuestamente se erige sobre un paradigma de avanzada. Cuando se trata de adultos es otra cosa. Para que un adulto sea castigado debe faltar a la ley o cometer delito. Y aún así está sujeto a garantías constitucionales que obligan a acatar el debido proceso sin violentar los derechos humanos. A un niño automáticamente se le castiga, y encima se le pega por hacer travesuras, andar descalzo, saltar charcos, ensuciarse, no comer lo que le exigimos, por explorar el mundo que está conociendo, descubrir por ensayo y error que el vidrio se rompe y el plástico no; por ser curioso, creativo. Cuando los padres pegan al niño por subirse al sofá con los zapatos, lo llamamos castigo físico. Cuando "la autoridad" pega a un criminal detenido, lo llamamos tortura. Los adultos tenemos poder y recursos para justificarnos, defendernos, exigir respeto a nuestros derechos; los niños no pueden. Dependen de nosotros para ser escuchados, validados. 

En pleno siglo XXI todavía se generan debates sobre si golpear a un niño es castigo físico o maltrato, según sea la intensidad o la intención, y se admite el castigo psicológico como una herramienta para educar. Se discrimina entre castigos humillantes o castigos apropiados. No registramos que los castigos físicos y psicológicos siempre humillan a las criaturas. Pero no así con una mujer que es golpeada por el marido, por ejemplo. A nadie se le ocurre debatir en un foro o diferenciar en una ley castigo físico, humillante o maltrato, cuando un marido pega a su mujer para que aprenda a cocinar o cuando le pega por celos. En ningún foro de discusión ni en ninguna ley se nos ocurre matizar criterios entre castigo físico, humillante o maltrato, cuando un jefe golpea al empleado. No caben discusiones sobre su se trata de castigo cuando lo golpea por llegar tarde, o es maltrato cuando lo golpea porque estaba de mal humor y se desquitó. Sin embargo, todavía no asumimos, no encontramos un lugar emocional desde donde sentir que pegar a un niño, sin importar la intención o intensidad siempre es maltrato.  

Berna  Iskandar @conocemimundo 



Twitter. @conocemimundo 
Instagram: @conocemimundo 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por enriquecer este espacio con tu opinión: